Wilfredo Rodríguez Álvarez es un productor dedicado a la producción de semilla de frijol desde hace 15 años. Fue gracias a la agencia CENTA Chalchuapa que se motivó por incursionar en este minucioso trabajo y formar parte del gran proyecto de los Paquetes Agrícolas que entrega el Ministerio de Agricultura y Ganadería a los agricultores nacionales.
Durante todos estos años ha trabajado con una serie de materiales generados por la institución, entre ellos las variedades de frijol CENTA San Andrés, CENTA Chaparrastique, CENTA EAC, y actualmente, trabaja con el CENTA Costeño, que a su juicio de las mejores variedades con las que ha trabajado.
En sus cuatro manzanas de terreno, ubicadas en el cantón Santa Rosa Senca, del municipio El Porvenir, en el departamento de Santa Ana, obtiene aproximadamente unos 125 qq de semilla que forman parte del material que es entregado por el MAG a los agricultores.
“De este trabajo depende la familia, y todos nos involucramos en las labores, mi esposa, Delmi Agreda; mi madre, Mercedes Rodríguez; y mis tres hijos, 2 varones, René Wilfredo y Franklin Antonio; y Mariela. De aquí sale para la comida, estudio, zapatos, todo”, cuenta el productor.
Héctor Rubio, extensionista responsable de brindarle el acompañamiento técnico, califica al productor de muy experimentado, pero que día a día sigue interesado en aprender y dejarse guiar en estas labores.
“Es de los mejores que hay aquí en la zona, prácticamente liderea al grupo de la zona, nosotros siempre estamos supervisándoles desde el momento de la siembra, sobre todo en el tema de las plagas y enfermedades fungosas, para que estas no les ataquen”, explica el técnico.
Asimismo le ha orientado para que vaya adoptando tecnologías agroecológicas como abonos foliares a base de hormonas de bambú y la siembra de abonos verdes como la canavalia.
Wilfredo forma parte de la Asociación Cooperativa de Semillas para el Desarrollo de Occidente (SEDEOCCI), y todos sus miembros se dedican a esta misma labor para aportar a la seguridad alimentaria del país.
“La asistencia técnica de CENTA Chalchuapa ha sido satisfactoria, siempre nos hemos entendido, nos han orientado de la mejor manera para producir la semilla de frijol certificada desde el momento de la siembra”, afirma el productor.
Todo el proceso inicia con la recepción de la semilla que el CENTA les brinda en concepto de préstamo, a la que se le da tratamiento desde el inicio, aplicándole los productos necesarios para protegerla y que no se llene de hongos cuando es sembrada. “Son alrededor de 6 o 7 aplicaciones químicas hasta que el cultivo esté maduro. Luego viene el arranque, tiene que estar totalmente sano, libre de bacterias y se deja que se seque para luego aporrear el frijol”, explica el productor.
Posteriormente al secado es aquí donde comienza el trabajo más minucioso para que la semilla cumpla con todos los estándares de calidad que la Dirección de Sanidad Vegetal exige.
Una vez que el frijol está totalmente seco, entre 10 y 12 grados de humedad, el grano “se cura” para que no lleve nada de gorgojos, ni terrón o ninguna otra materia impura que afecte.
Posteriormente se sopla y se pasa por una zaranda número 5 para que cumpla con el tamaño requerido, y finalmente se revisa uno por uno, para que el tamaño y color sea uniforme, sin manchas, ni que vayan pálidos o aturrados.
Cada quintal se coloca en un saco totalmente nuevo y se rotula con el nombre del productor, la variedad y el año de la cosecha y se trasladan a las bodegas frías ubicadas en la Unidad de Tecnología de Semillas de CENTA.
El productor manifiesta que es una labor en la que la familia pone su mayor esfuerzo, responsabilidad y dedicación. Adicional a la producción de semilla de frijol complementan su actividad productiva con la siembra de hortalizas, entre ellas el pepino, tomate, y los granos básicos de sorgo y maíz, que son comercializados en el mercado informal. “Nos sentimos bendecidos de poder aportar la seguridad alimentaria de nuestro país”, concluye.
Municipio Chalchuapa, Santa Ana, marzo de 2023.
CENTA, unidad de Comunicaciones.