El maní o cacahuate es un cultivo agrícola no tradicional que contribuye con la economía familiar de los productores que lo siembran. Un cultivo que en el cantón El Jute, caserío El Tamarindo, municipio Texistepeque, José Manuel Aldana Romero, fomenta la producción sostenible de esta leguminosa, actividad en la que tiene el acompañamiento técnico del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA) a través de la agencia de extensión en Texistepeque.
José Aldana, productor con más de 40 años de experiencia en el cultivo, que aplica las Buenas Prácticas Agrícolas, dijo que “la semilla que ocupo es criolla y en una manzana obtengo un rendimiento entre 35 a 37 quintales de maní en oro. Lo vendo a 100 dólares el quintal; además, le doy un valor agregado al preparar maní dulce, salado y con chile”, que comercializa localmente y en sus alrededores.
Destacó que antes sembraba en dos épocas del año (mayo-agosto) pero, debido a problemas del cambio climático y a la falta de mano de obra en campo, hoy se quedó con una siembra. “Tengo años de cultivar la semilla criolla y me deja una ganancia estimada de $3,500 por manzana, pues toda la cosecha le doy valor agregado; y a veces compro más grano para seguir subsistiendo en el mercado”.
Para los habitantes del cantón esta es una fuente de ingresos, y solo en el caserío son cerca de 50 productores que cultivan igual número de manzanas, lo cual contribuye a mejorar la seguridad alimentaria de centenares de familias. Además, la asistencia técnica por parte de la agencia de extensión en Texistepeque ha sido clave para incrementar la producción del cultivo de maní.
Otro productor de la zona es José Mancía Mina, quien dice que: “yo guardo 110 libras de semilla para la siembra de una manzana. Este año en el cantón todos sembramos el 29 de mayo, debido a que el invierno ha sido malo, pero aun así he logrado sacar buena producción y a los cuatro meses ya tenemos ingresos”.
Asegura Mancía que de la media manzana que siembra le ha logrado sacar más de $1,500 de ganancia, libre de lo que invierte para la siembra de un aproximado de $600, “ya que es un cultivo que no necesita de mucho fertilizante, y lo más difícil es la despepitado del cacahuate y conseguir mano de obra, lo cual se requiere entre 10 a 12 personas, por ello solo me quedo con la parte de poscosecha”.
El coordinador de la agencia de extensión CENTA Texistepeque, Rodolfo Cordón, explicó que el ciclo vegetativo dura 98 días, luego se arranca y se hacen manojos, depositándolos de forma ordenada en el suelo al sol durante 8 días. Pasado este tiempo se pone en plástico negro con el fin que llegue a una humedad entre 13 a 14%. Posteriormente se hace el despepitado de la planta para luego obtener el grano (producto final) en una máquina manual, el cual se clasifica según el tamaño, eliminando algunos frutos pequeños
Para los productores del cantón, el maní ha sido su cultivo principal, su patrimonio, ya que, por años, han mantenido la tradición familiar de seguir cultivándolo.