Milton Navarrete y su padre son productores frutícolas del cantón San Antonio, en Santa María Ostuma, en el departamento de La Paz, que están implementando tecnologías orgánicas en su finca diversificada, gracias a la asistencia técnica que les brinda el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA) a través de la agencia de extensión en San Pedro Nonualco.
Allá por el 2018 esta finca redujo sus producciones de frutas debido a que su suelo presentaba una acidez extrema (pH de 3.8) por lo que era inminente empezar a corregir esa deficiencia e ir recuperándola paulatinamente.
Los principales frutales que predominan en la finca son piña, guineo, naranja, mandarina y limón pérsico. De este último es la mayor área cultivada y representa importancia económica, pues es el cultivo del que se obtienen las mayores producciones. Sin embargo, debido al manejo tradicional que se le ha dado a la finca, las producciones bajaron sustancialmente, con el agravante que le llegó la enfermedad del huanlongbing (HLB).
El coordinador de San Pedro Nonualco, Ing. Luis González, afirma que, como agencia, iniciaron la tarea de revertir todo el daño ocasionado al suelo debido al manejo convencional y “poco a poco se comenzó a probar los productos orgánicos que le dijimos y hoy la están trabajando al 100% con producción orgánica”.
Una de las primeras acciones que se realizaron para conocer la situación de la caída de la producción fue el análisis de suelo, el cual, de acuerdo con González, reflejó un suelo extremadamente ácido (pH de 3.8); a partir de ese momento se iniciaron con las prácticas orgánicas para volver productiva la finca y controlar el HLB en los cítricos.
El manejo orgánico ha consistido en la utilización de un paquete tecnológico que inició con la corrección del pH del suelo, a través de la utilización de agua cernada que contiene minerales y elementos que enriquecen el suelo y ayudan al manejo del cultivo, caldos minerales como el sulfocalcio y el ceniza, nutrición de la planta con el foliar supermagro, sumado a la siembra de canavalia y la realización de podas en los cítricos.
La suma de estas prácticas “han dado buenos resultados al grado que han llegado la recuperación la vida del suelo y a recuperar la producción”, señala González, pues aproximadamente hace tres meses, se realizó un nuevo análisis de suelo que refleja una gran mejoría; es decir, un pH de 5.5.
La contaminación del suelo y la afectación por el HLB provocó que la producción de limón disminuyera drásticamente, a consecuencia de eso hemos abandonado el proceso químico por el orgánico y las mejorías ya se aprecian en el tamaño del fruto, explica Milton Navarrete.
Y es que, según el productor, con la llegada del HLB la producción empezó a bajar (de un 100% a 30-40%), con las alternativas orgánicas hemos logrado subir a un 60%. En otras palabras, en temporadas de abundancia en limón pérsico cosechábamos 50,000 limones por semana en temporada alta; con el HLB bajó a 10,000; hoy estamos cosechando 25,000 limones.
Milton como su padre dicen que al principio “estaban apáticos con el término de agricultura orgánica”, no fue sino hasta que los técnicos les demostraron con los análisis de suelo que había intoxicación “fue ahí cuando empezamos por desintoxicarlos” (al suelo y los árboles).
Ambos productores agradecen al CENTA por la preocupación y empeño de los técnicos, lo que se manifiesta en “las visitas de campo y en los análisis de suelos y la comunicación que el CENTA tiene con nosotros los agricultores de la zona es muy buena, me gusta cómo educan al agricultor, aquí han entrado con todo. Estamos sintiendo un respiro”, afirman con satisfacción.
Parte de ese empeño es que el grupo de productores de la zona también está siendo capacitado en la elaboración de los productos orgánicos y en la dosificación de los mismos. El supermagro, los caldos ceniza y sulfocalcio son algunos de esos productos que han aprendido a elaborar; asimismo han conocido las bondades del agua cernada, entre otros.
Santa María Ostuma, La Paz, 20 de julio de 2021
Unidad de Comunicaciones – CENTA.