Finalizó la temporada de cosecha del mango Panadés y es el momento oportuno para preparar a los árboles frutales para que sus ramas consigan más aire y luz y, por consiguiente, mejorar la producción de sus frutos, acción que todo productor debe realizar en su finca, especialmente si cosecha mango con fines comerciales.
Por ello, el programa Frutales y Cacao del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova (CENTA) ha iniciado la poda de mantenimiento de una veintena de árboles de mango de dicha variedad, que forma parte de la colección de frutales que se tiene en la Estación Experimental San Andrés.
En la actividad participan los técnicos del programa Eduardo Cruz Pineda y Carlos González, apoyados por el auxiliar de campo, Diocario Orellana, quienes son los responsables del manejo de los árboles frutales.
“Estos son árboles productores de más de 10 años, a los cuales después de la cosecha se les practica las podas; hoy corresponde a 20 árboles a los que se le realizará la poda de mantenimiento”, dijo Cruz Pineda.
Y es que son muchas las razones por las que se recomienda dicha poda, entre ellas “dejarle una altura de tres metros, con ello se logra cosechar más fácilmente, especialmente para esta variedad que tiene mucha demanda en el mercado”, señaló Carlos González.
Esta acción también permite obtener frutos de mejor calidad y mejores producciones, así como hacer eficiente las aplicaciones de foliares, fungicidas o insecticidas.
Ambos profesionales coinciden en que todo lo anterior se logra “porque al bajar la altura y eliminar ramas entrecruzadas, muy largas y dañadas, el árbol tiene mayor ventilación y aireación, y la incidencia de plagas y enfermedades es menor y se controla más fácilmente”; además se está controlando el crecimiento de la planta y se le ayuda a que obtenga la estructura necesaria (tres ejes) para que las ramas puedan soportar su peso, especialmente en la época de fructificación.
En cuanto a las herramientas necesarias con las que se debe contar para podar son: cola de zorro, tijera de podar, motosierra y podadora de altura.
Actividades adicionales después de la poda del árbol frutal
Aplicación de un cubrecorte
Después de realizar la poda es muy importante proteger los cortes del árbol, porque son una ventana para la entrada de patógenos (enfermedades y hongos). Se realiza con una pasta cicatrizante (cubrecorte). “Puede ser utilizando fungicida a base de polvo o si no se dispone de él, puede utilizarse una pasta hecha con cal”, indicó González.
Reciclaje del ramaje
Los investigadores del programa recomiendan dejar alrededor de la planta todo el material podado (follaje y ramas) porque provee de muchos beneficios al árbol y al suelo. Por ejemplo: guarda humedad del suelo, lo protege de la erosión, mejora la infiltración y retención del agua y sirve como controlador de las malezas. Señalan, también que si el productor quiere aumentar la descomposición del material podado, puede realizar aplicaciones sobre la materia orgánica con biopreparados como los microorganismos líquidos, que aceleran su descomposición.
Fertilización
Después de podar es recomendable fertilizar alrededor del árbol, con fórmula triple 15, en dosis de 4 onzas, acción que también puede realizarse unos 3 o 4 días antes de podar. Sin embargo, lo ideal es fertilizar con base en un análisis de suelo, ello garantiza aplicar únicamente el mineral que el suelo y la planta necesitan.
San Andrés, 14 de julio de 2022
Comunicaciones – CENTA