Más de 81 familias del cantón La Guacamaya se benefician con el consumo de alverja que forma parte de su dieta alimenticia. Dicho cultivo es producido por 25 agricultores del caserío Los Lucas, quienes contribuyen a la dinamización de la economía local, a través de la comercialización del grano fresco en vaina en el municipio de Nahuizalco y en la ciudad de Sonsonate.
Los agricultores de dicho caserío reportan que hay un total de 16 manzanas cultivadas de alverja criolla, la cual se adapta a terrenos con pendientes y al clima. El principal objetivo que persiguen es contribuir con la seguridad alimentaria para sus familias y una fuente adicional de ingresos.
La motivación central del grupo es mejorar la calidad del cultivo a través de la asistencia técnica brindada por la agencia de extensión en Sonsonate del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA) y seguir capacitándose en temas claves para el desarrollo sostenible del lugar.
Raúl Monroy Magaña, extensionista del CENTA dijo que: “el principal cultivo en la zona es la alverja que les genera ingresos, y con la asistencia técnica se benefician 32 mujeres y 28 hombres, de los cuales 25 se dedican a ese cultivo, pero además los oriento en lo relacionado con el precio del producto”.
Añade que se produce en otros municipios de Sonsonate, Izalco y Sonzacate; y la producción en grano fresco es de 80 quintales por manzana y lo venden a $100 dólares el quintal, comercializado fresco en vaina y grano seco.
Explica que el costo de producción por manzana es de $2,000 dólares y con un margen bruto de $8,000 y estima una rentabilidad de $6,000 dólares por manzana.
Pedro Lucas, es parte de los 25 productores que se dedican a la producción de la alverja en la zona, quien explica que las condiciones de clima y suelo benefician al cultivo; él utiliza por manzana 25 libras de semilla criolla y su ciclo de producción es corto, La siembra la realiza a los 10 días de germinación del maíz (mayo).
Agregó que las áreas cultivables por los productores de la zona rondan entre 4 hasta 16 tareas y la cosecha se realiza a partir de diciembre hasta finalizar en abril. “A principio de enero empecé con dos cortes por semana y en cada corte saco dos quintales de alverja fresca, vendida a $100 dólares cada uno”.
Otro ejemplo es de María Bernarda Zacapa Lucas e Isidro Ocotán, quienes, a pesar de las condiciones limitadas de agua en la zona, han logrado sacar buenas producciones y se debe a que la semilla criolla es resistente a suelos secos, a plagas y enfermedades.
“Estoy agradecida con el Ing. Raúl Monroy porque me ha apoyado en mejorar mi cultivo y optar por nuevas opciones a no sólo cultivar maíz y frijol, sino también a hortalizas de ciclo corto que se adapten en la zona”, dijo María Zacapa.
Respecto a la asistencia técnica, a los agricultores se les ha orientado a dar un mejor distanciamiento al cultivo y a combatir las plagas con el uso de abonos orgánicos, entre otras prácticas de manejo agronómico.
Este es uno de los cultivos con muchos beneficios nutricionales; además de ser una fuente de ingresos para la comunidad Los Lucas.