Durante décadas, el rubro del café fue uno de los cultivos más prominentes en el territorio nacional dada su importancia ambiental, social y económica. Lastimosamente esa realidad cambió y el cultivo decayó, agravando la situación en el 2012 cuando hubo un brote de roya que afectó la mayoría de las plantaciones y que obligó a que se implementaran medidas para renovar y repoblar el parque cafetalero, dado que el 98% de las variedades eran sensibles al hongo.
A pesar de lo múltiples esfuerzos por reactivar nuevamente la caficultura, aún queda mucho camino por avanzar; uno de los problemas que más afecta es la poca rentabilidad que tiene, nuestro café se exporta a diferentes países y se vende, en su mayor parte, a través de la Bolsa de Nueva York y, durante los años 2018-2019 los precios del café han sido muy bajos, por lo que los productores no pueden recuperar sus costos de producción.
Considerando este contexto, el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA) ejecuta el proyecto “Investigación participativa sobre variedades y tipos de poda con programas de fertilización para aumentar la producción sostenible de café de pequeños productores”, financiado por la Cooperación Coreana para la Alimentación y la Agricultura en América Latina (KoLFACI) y que paralelamente se desarrolla en otros 7 países: Bolivia, Perú, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala.
Con esta iniciativa, que tendrá una duración de tres años, se prevé aumentar la producción sostenible de los pequeños agricultores a través del desarrollo de las tecnologías que combinan variedades tradicionales y mejoradas con diferentes tipos de podas y fertilización que permita desarrollar sistemas de producción de bajo costo y productividad para que la producción de café pueda ser rentable.
Manuel de Jesús Osorio, investigador y coordinador del proyecto, explica que la ejecución se está desarrollando en cuatro municipios: Juayúa e Izalco, en el departamento de Sonsonate; Sacacoyo, en el departamento de La libertad y en Chinameca, departamento de San Miguel; beneficiando a 50 pequeños caficultores.
A estos productores se les va a transferir los mejores resultados de la investigación, el eje central es generar tecnologías con las variedades, haciendo un manejo de tejido adecuado, adicionando las fórmulas pertinentes de acuerdo con los resultados de análisis de laboratorio para suplir los valores nutricionales en los suelos.
“La intención del proyecto está relacionada a que todos los cafetales abandonados puedan recuperarse, y no necesariamente renovándolos, sino que puedan utilizar la poda como una alternativa para generar nuevo tejido, y que este nuevo tejido vuelva a producir. En términos simples, queremos mostrarles a los productores que sus fincas abandonadas se pueden recuperar, manejando tejido si no quieren hacer una sustitución completa de sus cafetales”, relata.
A través del proyecto se estima disminuir la brecha de rendimientos entre pequeños, medianos y grandes productores. Un pequeño productor en promedio estaría produciendo menos de 10 quintales de café oro por hectárea, un mediano productor podría estar alcanzando 15-20 quintales por hectárea, mientras que un productor grande (que tiene acceso a mejores equipos, insumos y dispone de capital) superaría los 30 quintales por hectárea. Eso indica que un productor grande supera en al menos un 200% el rendimiento de un pequeño productor.
Actualmente, los rendimientos en fincas de pequeños productores, en general, son bajos en todos los países de Latinoamérica y el Caribe. Se puede decir que el promedio nacional de rendimiento de café en la mayoría de los países está en un rango de 10-15 quintales de café oro por hectárea. Sin embargo, un cafetal bien manejado debería producir por encima de los 30 quintales por hectárea o incluso más, esa es la meta de este proyecto.
Al finalizar el proyecto se espera generar una guía con los criterios principales para decidir cómo, cuánto y qué tipo de poda se puede hacer en un cafetal determinado. Además, una guía práctica para estimar el balance de nutrientes en los sistemas agroforestales de café, 12 tecnologías evaluadas para combinar variedades y tipos de poda, y reforzadas con un programa de fertilizaciones oportunas. Finalmente, los productores de café beneficiados contarán con nuevas capacidades adquiridas en podas y fertilización en las parcelas de demostración.
CENTA, Unidad de comunicaciones, octubre 2021.